EUROPA
PRESS
16 febrero
2018
Tipos
de piel y sus cuidados específicos
Clásicamente la piel se clasifica en
seca, normal, mixta y sensible. Esta clasificación es muy útil a la hora de
poder recomendar cremas o tratamiento de forma generalizada, ya que necesitamos
clasificar la población.
"Como dermatóloga me gusta mucho más trabajar el
término piel sana o piel con algún problema a tratar (retención sebácea,
deshidratación, hipersensibilidad, o rojeces, por
ejemplo). Una piel sana es una piel bella y equilibrada, y es el objetivo de
cualquier tratamiento que ejerzamos", subraya en una entrevista con Infosalus la dermatóloga y miembro de la Academia Española
de Dermatología y Venerología (AEDV), Sara Carrasco.
Así, subraya que las pieles sanas pueden presentar hasta
tres tendencias:
Según advierte la también directora de la Clínica Sara
Carrasco de Bilbao, los extremos de esta clasificación "rozan el problema
dermatológico", y deberían consultarse para recomendar el tratamiento
correspondiente. "Si una persona tiene constantes apariciones de granitos
o de quistes debería consulta su dermatólogo para que resuelva este problema,
igual sucedería en casos de hipersensibilidad, de rosácea o de inflamación de
la piel", agrega.
El tipo de piel que presente una persona explica que es
consecuencia fundamentalmente de la genética heredada, aunque avisa de que cada
día más el estilo de vida del paciente determinará la calidad de su piel.
"Cada vez más estudios de epigenética aplicada
concluyen que lo que comemos, cómo vivimos, los niveles de estrés y la
climatología determinan la apariencia de las pieles de los pacientes. Por ello,
además de utilizar los productos adecuados, es muy importante cuidar la salud
de forma integral, ya que la piel es, sin duda, uno de los órganos que más
refleja nuestro estado de salud", señala la especialista.
Los cuidados
específicos de estas pieles
La dermatóloga explica en este contexto que la higiene es el
paso más importante en el cuidado facial. "Muchas personas compran
cosméticos pero no realizan una higiene adecuada de su piel. Podemos utilizar
para retirar restos de polución, maquillaje y secreción sebácea lociones micelares, jabón o desmaquilladores solos, o en
combinación. No tenemos por qué elegir un solo producto", precisa.
En el caso de las pieles normales y mixtas indica que se
pueden limpiar con un jabón suave o con leche desmaquilladora, y terminar con
la loción micelar (existen
específicas en el mercado). Para las pieles sensibles Carrasco ve mejor evitar
el jabón, pero sí trabajarla con loción micelar
específica.
Por La mañana, la mejor crema es un protector solar, en
textura de gel para las pieles mixtas y, de crema o crema-gel para las normales.
"Si la piel tiende a deshidratarse es conveniente añadir un sérum de hialurónico para aumentar la hidratación. También
podemos utilizar en las pieles no grasas un sérum con
vitamina C como antioxidante. Si se vive en lugares con alta polución los sérum de ferúlico son los
adecuados", precisa la doctora.
Por la noche, dice que el momento más adecuado para tratar
de forma específica los problemas que tenga la piel, como las alteraciones en
el tono, la hipersensibilidad, la deshidratación o hacer tratamientos
preventivos del envejecimiento. "Es por la noche cuando aprovechamos para
aplicar cremas con retinoico, despigmentantes,
renovadores celulares, por ejemplo", indica la dermatóloga.
Una vez por semana, y las pieles normales y mixtas, la
directora de la Clínica dermatológica Sara Carrasco ve conveniente realizar una
exfoliación más intensiva con un 'scrub' adecuado, y
si existe mucha retención, hacer una mascarilla específica para
limpiar/hidratar/tratar.
"En el mercado existen muchas fórmulas en crema o
mascarillas de tejido que nos pueden ayudar. También podemos aprovechar para
realizar tratamientos de renovación mas ácidos, como discos con acido glicólico
para las pieles grasas, mascarillas despigmentantes,
o de vitamina C, entre otras opciones", recalca.
Mientras, la especialista aconseja en el caso de las pieles
más sensibles percibir la noche como "su momento de relax", y para
ello emplear una serie de texturas que las protejan con pocos ingredientes
controlados. "Un tratamiento pautado por el dermatólogo será la
clave", destaca.